Catarsis

Si miramos la escena fue casi perfecta.
Usó todas sus armas de macho para seducir a su hembra.
La trató suavemente. Su tono de voz era tranquilo [casi femenina] no la besó hasta el tercer día y se la cogió al quinto.

Le dijo que estaba con ganas de tener una mujer y luego algunos hijos... Sin dudas la palabra era tener, poseer.

Ella nunca había pensado en el matrimonio [como meta en su vida] y con respecto a los hijos, siempre y desde que tiene memoria, tuvo miedo. No todas las mujeres son madres. Puede ser ese un porqué a que nunca quedó embarazada en su vida.

Pasó el tiempo, corto por cierto, y al tercer mes, movida por un profundo apasionamiento, se inició la prematura e improvisada convivencia..

Ella [todavía] era feliz, una mina luminosa, feliz, agradable, con risas.

Y él un día vino con una fecha para concretar un matrimonio civil, ella sintió, no pensó, se subió a esa locura creyendo que eso era Amor. Una manera de demostrar su compromiso [error]

Y ahí la historia cambió...

La seguridad de él para con ella mató todo buen trato anterior, sabía que la tenía desde el cuerpo hasta el alma.

Se sumaron muchas noches de lágrimas amargas, no recuerda cuantas. Y tampoco sabe cuando terminara el dolor que aquellos días se inició, y aún hoy sigue en su lugar.

Y llegó la cotidianeidad de los insultos, la mujer pasó a valer nada para él. Los golpes también tuvieron lugar en el cuerpo de ella.

Ya no era feliz, se apagó, ya nadie la escuchaba, no era querida, ni consultada, ni acompañada. Tan solo era cogida, por lo instintivo del acto, claro, su pija nunca dejo de cogérsela. Era menos que una puta.

Pero llegó el padre a la escena, y con su muerte le abrió los ojos. No sabe porqué como relacionó su vida con ese fallecimiento, pero entendió que no quería más. Nunca más. Agotada de los golpes, golpecitos y demás mierdas, se fue.

Adiós para Siempre