Ayer de la nada me puse a extrañar la presencia paterna, entonces me puse a buscar alguna cosa bella entre mis recuerdos...
Y recordé esto que es viejísimo:
Cuando era chica, no recuerdo mi edad, estaba mirando el noticiero con mi viejo, y la información era acerca de una marcha de crotos, entonces le pregunté a él de qué se trataba, y me explicó.
Lo miré y le dije: ah está bueno, a mi me gustaría... (sinceramente la idea me había seducido)
No me dijo nada, me sonrió, pero la verdad yo creo que mi discurso no le habrá parecido muy alentador.
Y era mi viejo, no me criticó, ni se puso mal, ni nada, solo sonrío.
Y caigo en la cuenta los X que hicieron y dijeron mal. Y aunque ese sea mi destino no tengo ganas de ir por eso.
Y me imagino que terminaré como la mujer que perdió el momento, o no llegó a tiempo, y tiene la casa con su perro. Igual podría conciliar con eso, y viviría en paz. Pero el perro que sea un setter.
Después logro dormir.